La política pampeana bailando al ritmo del FMI y los Pimpinela

 

Por Norberto G. Asquini

La política pampeana se mueve al ritmo de lo que ocurre en el escenario nacional. No es que no tenga su propia lógica, pero lo que acontece en el país la condiciona. Son los tiempos del acuerdo con el FMI: el justicialismo estrecha filas y dispara contra su enemigo; Cambiemos parece desvencijarse con sus internas y queda sujeto a lo que vendrá esperando mejores noticias en lo económico. Que el presidente Mauricio Macri, y la situación de la economía a la que está atado, continúe en baja o resurja, volcará en parte la balanza política a un lado o al otro.

 

La isla política

 

La reforma previsional, los tarifazos y la corrida cambiaria, jalones de una serie que tuvo otros ingredientes, golpearon la imagen de Macri y la llevaron a los niveles más bajos desde que es presidente. El acuerdo con el FMI  por 50 mil millones de dólares fue una señal de apoyo internacional, pero esto no significa que despeje dudas sobre lo que vendrá en sectores de la sociedad que se sumergieron en las últimas semanas en el  temor y el desencanto, como indicó un columnista porteño.

En esta situación, el peronismo pareció tomar aire y a nivel nacional hubo algunos acercamientos entre sus sectores. Aunque ya se prefigure que el PJ «tiene 2019», la interna sigue tan caliente como siempre. Igualmente falta mucho: a pesar del mal momento de Macri, aún no hay encuesta que permita aventurarle una segura derrota en la presidencial de 2019.

El PJ pampeano vive en su propia isla. En la semana el gobernador Carlos Verna sacudió a sus colegas provinciales que apoyaron el acuerdo con el FMI. «Vergüenza ajena», calificó no solo a aquellos con los que está alejado por la cercanía que tienen con el gobierno como el entrerriano Bordet, sino también a alguno con el que simpatiza como el sanjuanino Uñac. Con esto ya avisó a Macri, por si quedaban dudas, que no lo va a contar entre los dirigentes de la oposición que el gobierno busca para respaldar y sacar adelante las próximas medidas de ajuste. Verna comienza a ser cada vez más una referencia nacional en el PJ, aunque esté anclado en lo provincial.

Los diputados nacionales ya habían adelantado con su voto contra el tarifazo cuál va a ser su postura cuanto se trate el ajuste a la obra pública y los giros a las provincias, y en la Legislatura provincial el PJ tiene un deporte: la presentación de repudios a toda medida que tome el gobierno macrista. No hay mejor enemigo que el actual.

Todo lleva a que el PJ estreche aún más sus filas de cara a 2019, alentado por la caída del macrismo. Hay señales que van en el mismo sentido. El discurso es de unidad, tanto del presidente Rubén Marín en General Acha como la demostración en el congreso del PJ nacional donde fueron en grupo los representantes pampeanos. La salida del cuestionado ex ministro de Seguridad Juan Carlos Tierno, fue tomada como una buena decisión para la gestión y para cerrar filas en el PJ tanto por los marinistas que lo sufrían como por los kirchneristas que lo repudiaban.

 

Los tiempos y Pimpinela

 

En Cambiemos hay dos tiempos. Está el de Cambiemos-Pro que es de espera. Hubo dos encuentros de referentes en el interior, pero los climas no son proclives a demostraciones oficialistas ni timbreos. Con el acuerdo del FMI, ahora parece haber algo de calma. Esperan que la novedad sea un espaldarazo para, ahora sí después de varios semestres sin novedad, reflotar la economía y revertir la situación actual.

Y está el tiempo de los radicales, ahora un poco más envalentonados con la caída de las acciones de Macri, pero escondiéndose de dar explicaciones sobre el momento económico como socios que son del macrismo. Sus dirigentes provinciales no quieren ser en esta alianza con el Pro los Joaquín Galán de ese Pimpinela, condenados a ser segundas figuras y vapulados en cada canción. Sus dirigentes se reunieron hace unos días. Se dieron muestras de querer reforzar la UCR frente a lo que vendrá, pero más allá de lo partidario, cualquier entendimiento hace agua por las divisiones internas. Quedaron claras algunas cosas: que si el radicalismo quiere tener candidato no tiene que tener interna porque pierde, que Cambiemos es una realidad a la que están atados y que es saludable que su presidente cierre la boca ante los medios. Decisiones para intentar contener la desorientación por ser los socios menores de una coalición nacional y el divisionismo crónico.

Y si el PJ estrecha filas, todo lo contrario ocurre en el Cambiemos pampeano.  Cualquier tema parece dividir sus filas. Si el presidente de la UCR dice que no lo quiere a Tierno en el mismo bote electoral, su hermano, el intendente de Santa Rosa le entreabre las puertas para disputar con Cambiemos-Pro que también avisó que no lo considera. Si hay radicales envalentonados por enfrentar al Pro dentro de Cambiemos, hay otros que piensan que podría haber una tercera vía electoral fuera de esa alianza si la economía se desbarrancara definitivamente.

Esa economía es la que manda. En el escenario nacional, lo puso contra las cuerdas a Macri que ahora busca recuperarse con el aval del FMI. En el provincial, la caída macrista aviva las expectativas del PJ de cara a 2019 y entorpece, aún más, cualquier entendimiento opositor.