Ratifican que el medio aguinaldo de diciembre estará exento de Ganancias

El Gobierno ratificó que quedará eximido del impuesto a las Ganancias el medio aguinaldo de diciembre de los salarios brutos hasta $ 55.000. La medida, anunciada el 12 de octubre, para desactivar lo que se presumía que sería el primer paro general de la CGT contra la gestión de Mauricio Macri , será publicada en los próximos días en el Boletín Oficial.

«Está acordado en función del nivel salarial. Los argentinos de ingresos medios, ya saben que pueden contar con eso», aseguró el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, tras su disertación en la UIA, donde celebró que hay garantizados ya, al menos, 20 mil millones de dólares del blanqueo.

La exención del impuesto a las Ganancias sobre el medio aguinaldo que se cobrará a fin de año significará, para los asalariados alcanzados por la medida, un alivio de hasta $ 4357 en la carga fiscal de este año. Ese es el monto que dejarán de tributar quienes están alcanzados por el tope de los $ 15.000 dispuesto para la exención y, a la vez, pagan la alícuota máxima contemplada en el esquema del tributo.

Así, por ejemplo, alguien con un salario mensual bruto de $ 50.000 y un medio aguinaldo de $ 25.000, tendrá una parte de este pago afectada por Ganancias: $ 15.000 quedarán eximidos y sobre $ 10.000 sí se tributará. Esa liberación parcial del tributo significará, en este caso, un alivio de $ 4357 en la carga fiscal de este año. De tratarse de una persona con deducciones por cónyuge y dos hijos a su cargo, el impuesto de todo el año pasará de $ 61.574 a $ 57.217. Si se trata de un soltero, el monto pasará de $ 89.419 a $ 85.062 anuales.

En el caso de quien tiene un salario bruto de $ 30.000 y, por tanto, un medio aguinaldo de $ 15.000, la totalidad de este último ingreso quedará exenta. En este caso, se trata de alguien no alcanzado por la alícuota máxima del impuesto y el alivio derivado de liberar el medio aguinaldo de Ganancias será de $ 3362.

Como informó LA NACION, más allá de ese alivio, el reclamo de los tributaristas (al igual que el de dirigentes sindicales) es el de una readecuación de la estructura del impuesto, sobre todo en lo referido a actualizar los valores de la tabla que -en función de varios rangos de ingresos- define qué alícuota se aplicar para calcular el impuesto. Esos valores no se modifican desde el año 2000 y eso determinó la pérdida de progresividad del impuesto.