Se realizaron el sábado a la noche nuevos operativos de tránsito en las calles de General Acha por parte de personal de la Policía local. Fuentes de la Comisaría local informaron que «se hicieron operativos de tránsito en varios puntos con control de alcoholemia. Se labraron 10 actas a personas que excedían el mínimo permitido». Las autoridades alertaron sobre los controles y sobre los conductores que manejan bajo los efectos del alcohol y que podrían ocasionar accidentes.
21 julio, 2019
Este fin de semana, Avengers: Endgame logró convertirse en la película más taquillera de la historia a nivel mundial. Con su reestreno, el 27 de junio, llegó a 2.790,2 millones de dólares de recaudación y de esa manera superó el récord que durante diez años estuvo en poder de Avatar, que era de 2.789,7 millones.
“Una gran felicitación a los equipos de Marvel Studios y Walt Disney Studios, y gracias a los fanáticos de todo el mundo que llevaron a Avengers: Endgame a estas alturas históricas”, expresó Alan Horn, copresidente y director creativo de The Walt Disney Studios, en un comunicado.
En tercer puesto, detrás de la última aventura que reunió a todos los superhéroes cinematográficos de Marvel y de Avatar, quedó Titanic, que en 1997 recaudó 2.185,7 millones de dólares. Cabe aclarar que el récord de Avengers no contempla ajustes por inflación.
Entre las primeras treinta películas más taquilleras de la historia, la única no estrenada en los últimos veinte años es justamente Titanic. Las cuatro películas de Avengers están entre las diez más convocantes. Suman 7.762,8 millones de dólares, con un promedio de 1.940,7 millones.
Un muerto, bomberos heridos y cientos de árboles caídos fue el saldo que dejó el paso del Zonda por Mendoza. Se conoció el primer reporte de los daños ocasionados por las fuertes ráfagas de viento que esta madrugada azotaron esa provincia.
A los incendios ocurridos en Potrerillos y Valle de Uco se sumaron caída de árboles, derrumbes, cortes de luz y un choque en cadena.
En Godoy Cruz, una mujer de 43 años falleció por aplastamiento luego de que un árbol cayera sobre la casa donde vivía. Sus hijas pudieron ser rescatadas.
El filipino Manny Pacquiao venció este sábado por decisión dividida al estadounidense Keith Thurman en doce asaltos para coronarse campeón wélter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Pacquiao es ahora el nuevo supercampeón de la división tras quitarle también el invicto a Thurman.
En el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, el filipino hizo una gran demostración más allá de sus 40 años y quedó claro que es uno de los grandes boxeadores de todos los tiempos.
Dos jueces vieron ganar al filipino por 115-112 y 115-112, mientras que el tercero le dio la pelea al local por 114-113.
Pacquiao había derribado a Thurman en el cierre del primer asalto con una izquierda al cuerpo y un gancho de derecha que obligó al referí Kenny Bayless al conteo obligatorio de ocho.
Empero, en el noveno capítulo, Thurman conectó los mejores golpes, acertó 26 golpes efectivos, su total más alto hasta ese punto. El décimo fue para Pacquiao, quien retomó la ofensiva, recuperó la velocidad y mandó atrás a Thurman con combinaciones que hicieron sufrir al estadounidense. En los dos últimos asaltos, Thurman salió por todo o nada, pero el filipino lo contrarrestó con certeros golpes al cuerpo.
Fue la decimoquinta ocasión que Pacquiao, campeón en ocho divisiones diferentes, peleaba en la MGM Arena de la Ciudad del Pecado, sitio de sus más grandes triunfos y reveses. Thurman hacía la cuarta defensa del título.
El filipino, que ha conseguido combinar exitosamente su carrera como político en su país con su regreso al ring del más alto nivel, se mostró en gran forma ante un Thurman que vendió cara su derrota y el invicto.
Pacquiao, el campeón más veterano en la historia de la división, dejó ahora su récord en 62-7-2 con 39 KOs, mientras que Thurman, considerado a sus 30 años uno de los pegadores más duros de los pesos wélter en la actualidad, quedó con 30-1 y 22 nocáuts.
(Texto y foto: Infobae.com)
Según datos de la Secretaría de Agroindustria, entre enero y mayo último bajaron 13% las ventas de leches fluidas, 6% las de quesos, 11% las de leche en polvo y 13% las de otros productos lácteos.
La suba de precios y el ajuste de bolsillos que debieron hacer la mayoría de las familias explica la baja, aunque sorprende la magnitud porque los lácteos desempeñan un rol esencial en la dieta, sobre todo entre los más chicos, indicaron desde el sector industrial.
Durante junio -cuyas estadísticas se están terminando de procesar-, el consumo de leche fluida subió apenas 1%, aunque el resto de los lácteos tuvo un mejor desempeño: 2,7%.
El repunte está vinculado con la puesta en marcha del plan de Productos Esenciales, coincidieron las alimenticia.
La caída está atada a la suba general de precios y la consecuente pérdida de poder adquisitivo en la población.
Una recorrida de NA por los principales supermercados permitió comprobar las dificultades de la cadena comercial para intentar «disimular» la disparada de precios. Una de las estrategias que más llama la atención es la decisión de vender separados productos que antes se comercializaban de a dos. Eso ocurre, por ejemplo, con la mayoría de los postres y flanes destinados a los más chicos.
La emocionante historia de Virginia, la pampeana estrella en la Selección Nacional de Básquet Adaptado
Virginia es inspiradora por donde se la mire. Tiene una historia de supervivencia, primero, porque para llegar hasta acá tuvo que sobrevivir. Y luego sí, de superación. Su mamá se llama Sol y, mientras la llevaba en su viente, le dieron una terrible noticia. «Su hija no va a vivir más de dos o tres horas. Y, si sobrevive, va a esta postrada con una calidad de vida muy baja».
Sol Morello -quien trabajaba en el Casino Club, en Santa Rosa- tenía 21 años cuando quedó embarazada por primera vez. Entonces, estaba en pareja con Pablo, el papá de Virginia. A los tres meses empezó con unas pérdidas que la preocuparon y se hizo una eco. «Cuando la vieron me dijeron que el bebé tenía un problema, aunque no sabían qué», contó a Infobae. Podía ser una escoliosis porque se veía una malformación desde la columna hasta la cabeza. También hablaron de labio leporino. Al mes se le produjo una hidrocefalia y vieron que había una deformación en la columna. Finalmente le diagnosticaron mielomeningocele«.
La mielomeningocele es una anomalía que empieza en el feto dentro del útero y provoca que la columna no termine de cerrarse. Le dicen «espina bífida» y literalmente significa «columna partida». Cuando recibió el primer diagnóstico, Sol viajó junto a su padre para hacerse una ecografía 3D y el pronóstico del médico no fue alentador: «Nace y se muere, en un 99 por ciento. Te voy a dejar un por ciento de esperanza, por las dudas», escuchó Sol.
¿Cómo siguió con el embarazo de un bebé que probablemente tendría minutos de vida? Sol sabía que tenía vida en su vientre, eligió un nombre para su hija, le puso Virginia, se acarició la panza. Trató que esos nueve meses que solo ellas podían explicar fueran únicos. «Me aferré al embarazo, disfruté de la panza a pesar de que arreglé todo con los neonatólogos sabiendo que iba a ser mamá un par de horas más».
El día que salió para la clínica, Sol no llevó ropa para su bebé: «Tenía muy claro que mi hija no volvía conmigo a casa».
Virginia nació el 7 de enero de 2002 y sobrevivió a esos fatales primeros minutos. A las tres horas, el doctor Emilio Cano, un reconocido cirujano de La Pampa, intervino su columna («le cerró el mielo», explica la madre) después de una operación con mucha dificultad. Virginia se quedó en terapia mientras Sol seguía mentalizada que de un momento a otro llegaría la peor noticia. Pero pasó las primeras doce horas y la primera noche. También sobrevivió una semana. Y a la segunda, el médico pidió habar con Sol: «Señora, se puede ir con su hija, la beba tiene el alta».
«Me sorprendieron con la mejor noticia de la vida. Era una lauchita de chiquita, midió 39 centímetros y yo no había llevado la ropa», recuerda Sol que decidió luchar por su hija y empezó un proceso frenético de estimulación, rehabilitaciones y recorridas por centros terapéuticos.
Virginia no iba a poder caminar pero, lejos del pronóstico inicial que le habían dado, iba a tener una vida plena y llena de desafíos.
Si hay algo que hoy se critica Sol es cómo crió a Virginia: la sobreprotegió. «La cuidé demasiado, le estuve muy encima, me daba un poco miedo dejarla sola…», aunque por la independencia que muestra su hija 17 años después no debería reprocharse nada.
Desde que comenzó a integrarse a la vida con otros chicos, Virginia mostró una adaptación increíble. Y lo que parecía una carencia a veces fue una fortaleza. «Si había una carrera en el recreo yo tenía mis ruedas», cuenta. Y se suma a la charla y empieza a desdramatizar su situación con algo de humor negro: «Un día le dije a mi abuela que no sentía las piernas».
¿Cómo fueron sus comienzos en el deporte grupal? Sol jugaba al cestoball y una tarde su hija la quiso acompañar al entrenamiento. Enseguida se enganchó y empezó a ir todas las tardes junto a la madre al club Sportivo Toay, a 10 kilómetros de Santa Rosa. Una tarde, las compañeras armaron un partido en sillas de ruedas y Virginia empezó a jugar al cesto. «La sonrisa no me cabía en la cara», recuerda.
Vir y Sol construyeron una relación simbiótica, no se separaban un segundo. La madre no la dejaba nunca sola. La bañaba, la cambiaba y también cuidaba cada detalle por los problemas que podía provocarle su enfermedad. La dependencia era absoluta. Eso, hasta que llegó el básquet a su vida.
Ahora es miércoles, apenas pasado el mediodía, y Virginia Navarro pica la pelota naranja sobre el parquet del Club Belgrano de Santa Rosa, La Pampa. La chica que ya cumplió 17 años (que se luce jugando al básquet) es un claro ejemplo de cómo el deporte es clave a la hora de integrar y puede cambiar la vida de una persona discapacitada.
Una tarde, a mediados de 2017, Romina Iglesias vio entrar a Virginia Navarro al Instituto Toay, donde hace la Secundaria. Romina encabeza el Programa Provincial de Deporte Adaptado de La Pampa junto a dos profesores más, Juan Cruz Colombier y Esteban Olivares. Los tres se han convertido en una especie de sabuesos que buscan personas con discapacidad por Santa Rosa y alrededores para invitarlos a practicar deportes. «Los seguimos por todos lados, queremos integrarlos… ¡y somos insistentes!», aceptan.
Aquel día, Iglesias entró a l colegio para invitar a Virginia a hacer atletismo con otros chicos con discapacidades, pero la chica fue tajante: «‘No me interesa, yo juego federada al cestoball con chicos convencionales’, me contestó y me sacó rajando», recuerda la profesora.
Ahora, Virginia reconoce que aquella respuesta tenía que ver con una especie de negación. «Me relacionaba con convencionales para sentirme que era como ellos. De alguna manera, no quería terminar de ver que yo tenía una discapacidad», acepta la joven que en 2016 se convirtió en la primera chica federada que jugaba cestoball en silla de ruedas.
Otra tarde fue Colombier el que habló con Sol para que invitara a su hija, aunque esta vez la propuesta fue el básquet. «Nos costó convencerla, pero esa semana venía la Selección Nacional a La Pampa a concentrar con los chicos y a Virginia le divirtió la idea», recuerda Juan Cruz, el otro entrenador.
Ese fue el fin de semana que lo cambió todo. «Virginia nunca se había quedado sola en ningún lado», asegura Sol que vio cómo su hija no tardó en relacionarse con el resto de los chicos y decidió pasar la noche en la concentración a cargo de los profes. Al día siguiente, cuando se reencontraron madre e hija, algo había cambiado. Básicamente, ese cordón umbilical invisible que las había mantenido inseparables durante 15 años se había cortado. Y con él, la dependencia. «Le dije que me iba a los Juegos Evita en el Chaco. Mi vieja no podía creer que me fuera sola. Ese día empecé a independizarme».
Virginia comenzó a jugar al básquet y a cambiar su vida. Fue la manija del equipo local que consiguió el tercero y el cuarto puesto a nivel nacional de los últimos años. Empezó a jugar en 2017 y ya fue convocada a la Selección Nacional de Básquet Adaptado, lo que le permitió recibir una beca y que le dieran una silla profesional. Un detalle no menor: Virginia tiene 17 años y su compañera más grande del seleccionado cuenta 38.
«El básquet me cambió la vida», cuenta Vir, como le dicen sus amigos. Es que, desde que se puso la camiseta nacional, empezó a codearse con mujeres con sus mismos problemas pero con más experiencia. Y ellas le enseñaron a valerse por sí misma: «Las chicas se portan re bien conmigo, me apoyaron ni bien llegué. Desde prestarme camisetas hasta educarme para no depender más de mamá ni de nadie. Ellas me dieron las instrucciones para hacer el cateterismo yo misma, me enseñaron a cambiarme, a bañarme… Si quisiera, hoy podría vivir sola, algo que un tiempo atrás era impensado«, dice.
Y cuenta que el año que viene planea iniciar la Universidad, aunque tiene un deseo. «No quiero que el estudio postergue mi carrera deportiva, voy a complementarlo», dice.