En medio de una fuerte crisis con los cardenales más conservadores del Vaticano el máximo Pontífice aseguró que los elogios excesivos esconden una búsqueda de beneficio para sí mismo, lo que le causa indignación.
El Papa dijo en una entrevista con la cadena TV2000, con motivo del cierre del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, «Tengo alergias a los aduladores. Me viene natural. Porque adular a otro es usar a una persona para un fin, escondido o visible, pero para obtener cualquier cosa para sí mismo. Es indigno».
En los últimos días, Francisco había respondido a los Cardenales que lo habían criticado, entre otras cosas, por mostrarse como una figura «revolucionaria» en una entidad que «sólo está al servicio de la tradición».
«A mí, cuando me elogian incluso por algo que he hecho bien, me doy cuenta rápido de quién está alabando a Dios y quién lo hace con un poco de aceite, para hacerse…», añadió el Papa en relación a los halagos excesivos.
El Papa Francisco mostró su postura muy crítica en contra del aborto: «He pensado en la costumbre de matar a los niños antes de su nacimiento. Es un crimen horrendo. Los matan porque es mejor así, porque están más cómodos. Es una responsabilidad grande, es un pecado gravísimo».