Después de un mes de incendio, la lluvia apagó el fuego en La Adela

Después de un mes de incendio, la lluvia trajo el alivio definitivo y extinguió los incendios en el sudeste de La Pampa. Pero hay otros focos en el oeste.

Los primeros focos se desataron el 11 de diciembre en un campo de La Adela y fueron salteados. Pero después del 23 de diciembre, los fuegos se intensificaron. La noche del 30, una tormenta de rayos -sin lluvia-. desparramó una veintena de focos que ardieron hasta ahora. Las mismas tormentas también desataron el fuego del otro lado del Meridiano V, en las provincias de Buenos Aires y en Río Negro.

El secretario de la Producción de La Pampa, Manuel Rodríguez, aseguró que el fuego “está controlado, pero fue una catástrofe”. “No recuerdo incendios tan feroces. Calculamos 500.000 hectáreas quemadas”, dijo el funcionario. El departamento de Caleu Caleu, donde está La Adela, tiene un millón de hectáreas.

“Los vientos eran muy cambiantes. En 5.000 metros el fuego pasaba en 20 minutos. Es algo incontrolable, que asusta”, describió. Un equipo de TN estuvo hoy en La Adela y mostró la desolación en los campos arrasados.

El día más crítico fue el lunes 2 de enero. El viento estaba en dirección norte, hacia La Adela, y las llamas llegaron a pocos metros de la planta gasífera de Transportadora de Gas del Sur (TGS), un gasoducto que atraviesa la Patagonia y la pampa húmeda. Se cortaron las rutas y los turistas, que formaron una cola de más de 500 vehículos, llenaron los hoteles y cabañas. La Adela tiene una costanera con actividades náuticas.

En La Pampa, los incendios quemaron 800.000 hectáreas. Los campos en cercanías de Chacharrmendi y de La Adela fueron los más afectados: suman casi 600.000 hectáreas.

Después de un mes de incendio, la lluvia apagó el fuego en La Adela

 

Más al sur, en la provincia de Río Negro, el fuego que se llevó medio millón de hectáreas durante el fin de semana se extendió hacia el interior del territorio. Recién ayer y con mucho esfuerzo, bomberos de varios distritos lograron controlar, aunque no extinguir, el avance de las llamas que amenazaba a poblaciones como Choele Choel, Lamarque y Colonia Josefa. “Por momentos, el frente llegaba hasta Chelforó y alcanzaba unos cien kilómetros” reveló Fernando Linares, jefe del cuerpo de bomberos de Choele Choel. Los incendios allí se habían iniciado el jueves y amenazaron otras localidades cercanas como Chimpay y Coronel Belisle, en el Valle Medio del río Negro. Para frenarlos, trabajaron dotaciones de Choele Choele, Beltrán, Chichinales y General Conesa.

El fuego pasó por varios establecimientos productivos y arrasó con decenas de hectáreas de pastizales en zonas de producción ganadera. También quemó fardos de pastos, un vehículo y parte de una vivienda, en la zona rural de Belisle. “Hoy estamos realizando guardias de cenizas y acondicionando las máquinas, porque la lucha continúa”, precisó Linares. Un panorama similar se observaba en las afueras de Río Colorado, donde los bomberos encuentran como principal obstáculo para avanzar en su tarea, la rotación del viento y el anuncio de tormentas eléctricas para la región. Según el Servicio Meteorológico Nacional, un alerta de ese tipo, con vientos fuertes y la posible caída de granizo se mantenía vigente esta mañana en más de una decena de partidos del sur y oeste de La Pampa y algunos menos del sur bonaerense.

En esta última zona, los brigadistas mantienen controlados y circunscriptos a algunos pequeños sectores de campos y montes los focos remanentes de los incendios, que se llevaron unas 200.000 hectáreas. La lluvia, que ya comenzó a caer en la región, es bienvenida, aunque la posible caída de rayos asusta, ya que fueron los principales causantes del inicio de los incendios en la provincia de Río Negro.

En Coronel Dorrego, el tiempo dio una tregua y los bomberos de una decena de cuarteles del sur y centro de Buenos Aires lograron cerrar en 18.000 la cantidad de héctareas quemadas desde la semana pasada. Se mantienen no obstante las guardias y los servidores públicos vigilan todo el perímetro, para evitar cualquier rebrote. Su accionar, con el apoyo de aviones hidrantes y helicópteros para relevar la zona afectada, evitó que el fuego se dirigiera tanto a la población de Oriente, como al balneario de Marisol, donde la villa se encuentra colmada de turistas.

(Fuente: Clarín)